Saludos …
“Los seres humanos
tenemos la capacidad innata de aprender y de establecer racionalmente nuestros
objetivos de vida y por ello de modificar nuestra conducta en función de
alcanzarlos”.
Aventura
Del lat. adventūra 'lo
que va a venir’
Participio
futuro activo de: advenīre 'venir, llegar’.
1. Acaecimiento, suceso o lance extraño.
2. Casualidad, contingencia.
3.
Empresa de resultado incierto o que presenta riesgos
Diccionario de la lengua española
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA
2.- Tu espacio
Se denomina equinoccio al momento del
año en que los días tienen una duración igual a la de las noches en todos los
lugares de la Tierra, excepto en los polos. La palabra equinoccio proviene del
latín aequinoctĭum y significa «noche igual».
Ocurre dos veces por año: el 20 o 21
de marzo y el 22 o 23 de septiembre de cada año, épocas en que los dos polos de
la Tierra se encuentran a igual distancia del Sol, cayendo la luz solar por
igual en ambos hemisferios.
Equinoccio son asimismo cada una de
las fechas en que lo anterior ocurre. En el equinoccio sucede el cambio de
estación anual contraria en cada hemisferio de la Tierra. Durante los
equinoccios el Sol está situado en el plano del ecuador terrestre, donde
alcanza el cenit. El paralelo de declinación del Sol y el ecuador celeste
entonces coinciden.
Esto viene a cuento que este año, el
Equinoccio se produce el día 23/09 a las 01:04 A.M.
3.- Carreras de
aventura
Expedición guaraní
Equipo Litoral SUICO
·
Diego Méndez
·
Mónica Ñanculef
·
Mauricio Candia
·
Francisco Orchio
28º lugar / 43 clasificados
4.- Montañismo
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5.- Hasta las 22
Cómo se develó el misterio del “hombre de hielo”
que tenía 61 tatuajes y fue asesinado hace más de cinco mil años
En septiembre de 1991, dos
montañistas que escalaban en los Alpes encontraron un cadáver congelado. Cuando
se analizó el cuerpo, que estaba en perfecto estado de conservación, descubrió
que el hombre llevaba 5.300 años muerto. Lo llamaron “Ötzi”. Ahora se sabe qué
le sucedió.
Cuando el
19 de septiembre de 1991 descubrieron el cuerpo a 3.120 metros de altura en los
Alpes de Ötztal, cerca de la
frontera entre Italia y Austria, los montañistas alemanes Helmut
y Erika Simon creyeron que se trataba de un alpinista desaparecido el
año anterior. El cadáver congelado estaba, si se podía decir así, en muy buenas
condiciones, semienterrado en la nieve y el hielo.
No tuvieron
dudas de que el hombre que yacía boca abajo, con un brazo extendido, estaba
muerto. No miraron mucho ni tocaron nada y se apresuraron a descender por la
ladera del Finialspitze hacia
el refugio de montaña para avisar a la policía.
Ya había oscurecido cuando llegaron, de modo que hubo que esperar hasta el día
siguiente para que un equipo de la policía austríaca fuera al lugar en
helicóptero. Uno de los agentes intentó liberar el cuerpo del hielo con una
perforadora neumática, pero no pudo. En cambio, durante
el intento le atravesó la cadera izquierda y desgarró parte de la
ropa.
El rescate del cuerpo demoró tres
días, durante
los cuales, al correrse la voz del hallazgo, fueron al lugar varios montañistas
curiosos, algunos de los cuales burlaron la vigilancia policial y se robaron
algunos objetos que estaban cerca del muerto.
Entre los que se acercaron a curiosear
estaba el alpinista austríaco Reinhold Messner, que fue el primero
en darse cuenta de que allí había algo raro. Cerca del cadáver había un
hacha rustica y un arco de madera, objetos que ningún montañista llevaría
consigo en una excursión. Además, la piel del cadáver estaba tan curtida como
el cuero. Les dijo a los integrantes del equipo de rescate que tuvieran
cuidado, que ese hombre no era el montañista desaparecido el año anterior sino alguien
mucho más antiguo. Calculó que podía haber muerto hacía cientos o quizás
miles de años.
Una vez liberado del hielo, el cuerpo
fue trasladado al Instituto Forense de Innsbruck, en Austria, donde Konrad
Spindler, director del Instituto para la Prehistoria, confirmó que se
trataba de un
importante hallazgo arqueológico.
Examinó e
hizo analizar el cadáver y los objetos encontrados alrededor. El hacha era una hoja de metal en forma de cuña,
unida con una cuerda a un mango curvo de madera de tejo, y había sido fundida
con rebordes en sus cuatro lados. A primera vista estableció que podía datar de la Edad de Bronce, unos 2.000
años A.C. Pero una suerte de mochila de corteza de árbol y el arco
podían ser todavía más antiguos. Finalmente, los análisis de Carbono 14 que se
realizaron sobre los huesos y los tejidos en laboratorios especializados de
Zúrich y Oxford, determinaron que el
hombre había vivido hacía aproximadamente 5.300 años.
Gracias a
las bajas temperaturas, se había momificado naturalmente y estaba en perfecto
de estado de conservación.
Ötzi, como
lo bautizó la prensa por los
Alpes de Ötztal, era la momia mejor conservada de forma natural del mundo.
Pronto se
descubriría también que el Hombre de Hielo –como también se lo llamó– no había
muerto de forma natural, sino que fue víctima
de un asesinato.
Una flecha
y un golpe
Ötsi medía
1,59 metros, pesaba 50 kilos, tenía el pelo castaño y los ojos marrón oscuro. Su cuerpo,
además, estaba cubierto de tatuajes.
El examen
del cadáver reveló que tenía varias
costillas rotas y una flecha le había perforado el pulmón izquierdo, pero
que esa no era la causa de la muerte, sino un traumatismo
de cráneo. Era evidente que lo habían atacado.
La punta de
flecha se alojó en su omóplato izquierdo, lo que causó un daño irreversible a
sus arterias y pulmones, aunque no lo mató. La acumulación
de sangre en el cráneo, mostraba que había recibido un golpe fuerte,
mortal.
Aunque no
es posible conocer con certeza la naturaleza del impacto, es probable que el
flechazo provocara una caída en la que se golpeó la cabeza o bien que, una vez
caído, sus enemigos se acercaron y le
dieron el golpe mortal.
La manera
en que fue encontrado el cuerpo, con los pies cruzados y el brazo izquierdo
extendido en una posición poco natural, revelaba también la posibilidad de un
ataque.
Los
antropólogos también comprobaron que había
muerto a los 45 o 46 años y que no estaba en buen estado de salud,
aunque su deterior físico era acorde a su edad y la época en que había vivido.
Descubrieron que era intolerante a la
lactosa, que tenía caries dentales y
que padecía de una artritis avanzada,
que debió provocarle fuertes dolores.
Esto último
también podía ser una explicación de sus 61
tatuajes, compuestos por líneas paralelas a lo largo de las rodillas, los
tobillos, la espalda y otras zonas relacionadas con dolores compatibles con los
de la artrosis. Tal vez se tratara de una técnica de curación o de un ritual de
sanación.
El análisis
de los intestinos reveló que era
omnívoro y que comía plantas, proteínas de origen animal,
carbohidratos y lípidos, en una dieta de
alto contenido calórico, necesaria para enfrentar las frías temperaturas de
la alta montaña.
Estaba
vestido con un gorro de piel de oso, un pantalón de piel de cabra y zapatos de
cuero y paja, que le permitían caminar sobre la nieve que se le congelaran los
pies. Estaba armado con un cuchillo, un
arco y un hacha de cobre, que evidentemente no le sirvieron para salir
airoso del ataque de sus enemigos. También llevaba en su “mochila” dos puntas
de flecha bastante gastadas, una cuerda enrollada, un pedernal y pirita para
hacer chispas y dos especies de hongos. Uno de los hongos, de abedul, tiene propiedades antibacterianas y debió usarlo para
curarse heridas; el otro, un hongo de yesca, le servía para encender fuego.
Una huida
desesperada
Otros
exámenes que se le practicaron a los restos de Ötzi brindaron más detalles
sobre su vida y permitieron reconstruir con alto grado de probabilidad sus
movimientos antes de morir: una huida hacia
las alturas de la montaña para escapar de sus perseguidores.
Gracias a
las trazas de elementos químicos en los huesos y dientes, se supo que Ötzi creció al nordeste de Bolzano,
posiblemente en el valle del río Isarco, y vivió de adulto en el valle de
Venosta.
También se encontró polen en su cuerpo, lo que indicaría
que murió en primavera y que su
viaje fue por un sendero que sube por el valle de Señales hacia un paso alpino
situado al oeste del glaciar Similaun.
El examen
de una mano reveló una lesión parcialmente curada, posiblemente una herida
sufrida en una pelea anterior a la de su muerte.
Los restos
de alimentos encontrados en el recto y el final del colon del cadáver tenían
también restos de polen y de abeto,
lo que permitió ubicar a Ötzi en un bosque a una altura de 2.500 metros en la
montaña, el último lugar donde crecen árboles. Por el grado de descomposición
de los alimentos se estableció que estuvo allí aproximadamente 33 horas antes de su muerte.
En cambio,
en el tracto medio del colon, el hombre de hielo tenía polen de lúpulo y de
otros árboles que solamente crecen en altitudes más bajas, lo que indica que pudo haber descendido después hasta una altura
de unos 1.200 metros entre 9 a 12 horas antes de morir.
Allí debe
haber tenido su primer enfrentamiento, porque la evidencia del polen indica que
volvió a subir y comió su última comida
en un bosque de coníferas subalpino antes de seguir subiendo hasta el
Paso Tisen, donde fue asesinado.
El análisis
de ADN de los restos que tenía en los intestinos permitió establecer que lo último que comió fue carne seca de cabra
montesa y de ciervo, cereales y hojas de bracken. Eso indicaría que, en
algún momento de su escape hacia las alturas, Ötzi pudo haber despistado a sus
perseguidores y pudo detenerse a comer una buena porción de alimentos y tal vez
a descansar, pero que fue nuevamente descubierto y debió seguir huyendo.
Había
alcanzado los 3.120 metros de altura cuando un certero flechazo le entró por la
espalda a la
altura del omóplato izquierdo y lo derribó. Tal vez haya muerto al golpearse la
cabeza contra una roca al caer o, quizás, sus perseguidores lo remataron en el
suelo al darle alcance.
Allí Ötzi
quedó, momificado de manera natural por la nieve y el hielo, durante 5.300
años, hasta que un matrimonio de alpinistas lo encontró.
No somos dóciles,
El mono denudo Desmond Morris
6.- Escalada
Neuquen juega
7.- Ciclismo de montaña
Copa Titan 25 de septiembre Cinco Saltos
21 k - 30 k -
60 k
15 y 16 de octubre Dow Hill en Alumine
Asociación de deportes extremos
Campeonato norpatagonico 3 ra fecha
8.- Para imaginar
Primavera con muchas actividades
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